La idea de la alimentación infantil es que sea un momento agradable para todos. Cuando nos ponemos tensas o hacemos del momento de la comida un ritual rígido, los niños lo pasan mal y la incorporación de alimentos queda ligada al displacer lo cual puede traer problemas en la vida adulta y en la conducta alimentaria en general.
Ningún niño debería ser obligado a comer ¿cómo te sentirías tú si te obligaran a comer. Terriblemente mal. Sino recordemos nuestras propias infancias y la rabia que nos generaba que nos obligaran a sentir sabores que odiábamos.
Además de ser poco respetuoso les enseñamos a los niños que los adultos hacen con su cuerpo lo que quieren y que su voluntad no vale. Desde ahí los dejamos desprovistos de la sensación de ser dueños de ellos mismos y de hacer con el cuerpo solo lo que les gusta. Al obligar al niño a comer le enseñamos que es normal obligar. Que es normal olvidar su propio apetito. Enseñamos sumisión. Los dejamos anestesiados de su cuerpo propio y en bandeja para que un adulto venga y le diga qué hacer (cualquier adulto, con buenas o malas intenciones). Debemos ser cuidadosos entonces.
Para cuidar a los más pequeños debemos ser creativos, motivar, acompañar y hacer de la comida un momento de interacción interesante y de comunicación familiar. De adultos no recordaremos los alimentos pero sí la sensación de los almuerzos y comidas familiares. Deja un buen recuerdo a tu pequeño.
En la foto mi pequeña Jacinta con un plato que ama, se lo regalaron para su cumpleaños: Sure Grip de Simond´s que tiene un tamaño ideal para ser manipulado por ellos, nosotros los grandes y de un material que no se desliza por lo que lo convierte en anti derrames.
Varinia