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Alfabetización inicial: ¿Cómo estimular la lectura en los niños desde que nacen?

Podemos inferir que leer libros a los niños no esta incorporado en las rutinas diarias de las familias chilenas, si lo comparamos con el consumo de TV, uso de computadores y un sin fin de aparatos electrónicos. Una reciente encuesta realizada a diferentes padres de un establecimiento educacional en la región Metropolitana, arrogo que el 68% de los niños veían televisión de forma diaria y solo un 21% que sus niños leen libros de forma diaria. Pero ¿Qué importancia tiene leerles a los niños? ¿Sirve leer con ellos fuera del contexto escolar? ¿Apoya acaso su alfabetización? ¿Hay alguna diferencia entre un niño al que sus padres le leen libros y uno al que no? ¿Podemos quedarnos tranquilos al saber que la televisión y computadores han reemplazado los libros?

La respuesta a estas preguntas es que leer a los niños, y con ellos, sí hace una diferencia, ¿Cuál? Sigan leyendo a continuación.

Si  hay algo fundamental que enseñarle al niño, es sin duda el conocimiento hacia la lectura, libros, ilustraciones, etc., debido a que la lectura es la base de todo aprendizaje. Y como sabemos, los bebés vienen preparados para adquirir grandes conocimientos, por lo que cuanto antes se le familiarice con la lectura, será mucho mejor y mas fácil para los posteriores años.

La gran mayoría comienza con la estimulación alrededor de los doce meses de edad, pero puede ser mucho antes. Todo se basa en estimular al cerebro con la nutrición correcta para que prospere, y la lectura es el mejor nutriente para la vida, puesto como sabemos leer es una función cerebral.

El efecto positivo que produce la lectura es el desarrollo lingüístico (tanto en el lenguaje receptivo, es decir lo que los niños comprenden, como en el lenguaje expresivo, es decir lo que los niños comunican), así como también en su alfabetización inicial (así es el nombre formal de la estimulación de la lectura).

Así como la “escritura emergente” comienza cuando las guaguas empiezan a hacer marcas, puntos, líneas, círculos o espirales, mucho antes de aprender a escribir las letras, la “alfabetización emergente” comienza cuando le cantamos a las guaguas, les leemos libros con rimas, les hablamos como si entendieran, les contamos lo que está pasando, lo que estamos haciendo, cómo nos sentimos y por qué nos sentimos así y respondemos a los intentos de las guaguas (tanto verbales, como no verbales, es decir, los sonidos y los movimientos de sus cuerpos) por comunicarse con nosotros.

Alfabetización emergente

Ahora bien, antes de seguir adelante, es necesario que aclaremos mejor algunas ideas para evitar confusiones. Algunos padres, al escuchar sobre la existencia de la alfabetización emergente, creen que su deber es enseñarles a leer a sus hijos lo antes posible, bajo métodos estrictos, para que así les vaya mejor en la escuela o el colegio. Este es un gran error. De hecho, presionar a los niños a que aprendan a leer y escribir antes de que comiencen la educación formal puede justamente generar el efecto opuesto: dañar el desarrollo de su alfabetización. Entonces, la mejor manera de desarrollar las habilidades necesarias para aprender a leer y escribir en niños pequeños, es pasarlo bien en torno a actividades de alfabetización.

Hay que recordar que la “alfabetización o estimulación de la lectura” tiene que ver con “leer”, pero también con escribir, mirar, escuchar y hablar, desarrollándose a través de la comunicación verbal y no verbal que establecemos con los niños desde que nacen, a través de las miradas, los gestos, las expresiones faciales, los llantos, el habla en nuestras casas y nuestras comunidades. Cuando dialogamos con los niños en torno a la lectura, es decir, les hablamos y los escuchamos hablar a ellos sobre las descripciones de las imágenes, nombramos los objetos que aparecen en el texto, explicamos los hechos, hacemos y respondemos preguntas para ayudar a los niños a asociar lo leído con su propia vida, es cuando la lectura temprana compartida tiene mejores efectos.

Cuando antes, durante o después de leer sostenemos este diálogo extratextual con los niños, les transmitimos que la lectura es un acto significante, que las palabras significan o imparten significado, en definitiva, les mostramos cómo funcionan los símbolos en general. En este sentido, estamos por un lado promoviendo su desarrollo lingüístico e intelectual, y por otro, expandiendo lo que los niños pueden aprender con nuestra ayuda.

Lectura en niños de 0 a 2 años.

Es evidente que no es lo mismo leerle a una guagua recién nacida que a un niño o niña de 6 o 7 años, ya que los primeros 7 años de vida se caracterizan por un continuo desarrollo, cambios y transformaciones físicas, cognitivas y sociales. En este artículo solo trataremos la etapa inicial, es decir niños de 0 a 2 años.

Las bebes son capaces de escuchar desde antes de nacer, y manifiestan desde que nacen preferencias por las voces humanas, logrando rápidamente reconocer las voces de las personas que las cuidan, es por esto que siempre quedan tranquilos al oír la voz de mamá. Las bebes quieren participar de las conversaciones lo antes posible. Al hablarles y escucharles, les ayudamos a aprender cómo funciona el mundo y acumular visiones compartidas sobre él a través del lenguaje.

A la edad de 0 a 2 años, la comunicación no verbal es muy importante: las guaguas se comunican con todo su cuerpo y hacen ruidos con intención comunicativa mucho antes de que aprendan a ocupar las palabras, expresando sentimientos y emociones.

Con respecto al uso de libros, es necesario adoptar el principio leer desde la cuna: nunca es demasiado temprano para empezar a implementar la lectura compartida. Un libro es, sin duda, uno de los mejores juguetes que podemos ofrecerle a una guagua. No solo porque no ocupa mucho espacio ni tampoco necesita pilas, sino porque aumentará nuestras oportunidades de comunicación, de hablar, de abrazarnos y observar juntos imágenes que ampliarán su conocimiento acerca del mundo.

¿Cómo leerle a mi hijo de 0 a 2 años?

Existe un sin fin de formas de leerle a nuestros hijos, puesto que como sus padres siempre sabemos cuáles son los momentos exactos para poder implementar esta actividad, la hora, el espacio, etc. Pero aún así dejo las siguientes sugerencias:

  • Encuentra un momento de calma, cuando el bebe esté despierto y listo para jugar o comunicarse. ·
  • Busca un lugar tranquilo, con la tv apaga, radio o cualquier artefacto electrónico que pueda generar distracción, como juguetes sonoros.
  • Sujeta el libro a una distancia prudente a la cara del bebé, ojo que igual debe ser lo suficientemente cerca para que pueda ser visto, olido y tocado por el bebe. A demás que estaremos trabajando algunos sentidos.
  • Da vuelta la página con calma, mientras vas hablando sobre lo que pasa en la historia e imágenes que aparecen.
  • Trata de divertirte lo mas posible, ya sea poniendo voces o haciendo ruidos de animales, ya que esto traerá la magia del libro.
  • Lee pocos libros, pero hartas veces, recuerda que los bebés necesitan de muchas repeticiones para familiarizarse.

La estimulación de la lectura empieza cuando los niños nacen. ¡Nunca es demasiado temprano para empezar a fomentar la lectura!

Javiera Covarruvias Bustamante

Psicopedagoga

Instagram: @iampsicopedagoga

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