Desde el 1 al 7 de Agosto y con el slogan “Lactancia materna: ¡un triunfo para toda la vida!” la alianza mundial pro lactancia materna (WABA) da inicio a su semana de la lactancia materna en todo el mundo. Esta busca promover practicas tradicionales en torno a ésta, así también como informar a las madres que la leche materna es el mejor alimento que puede recibir un niño(a) ya que está destinada a satisfacer todas las necesidades del cachorro humano.
Unicef calcula que, en estos momentos, la lactancia está salvando seis millones de vidas (cada año), y que podría salvar al menos un millón más si se generalizase la lactancia materna prolongada (complementada con otros alimentos a partir de los seis meses).
La lactancia materna genera un vinculo importantísimo para la vida del recién nacido y para la vida de su madre. En éste gesto convergen dos importantes aristas: la de la alimentación y nutrición corporal; así. El intercambio emocional que se genera en la interacción de un hijo(a) con su madre genera satisfacción para ambos y la posibilidad de desarrollarse emocionalmente sostenido, protegido, pleno, en un ambiente conocido, lo cual lo protege en la llegada a este mundo tan complejo que recientemente comienza a vivenciar. Si el recién nacido logra encontrar satisfacción a su necesidad de amamantarse, de contactarse con la madre, de generar apego, de sentirse amado, entonces tenemos un futuro niño(a) mucho más feliz.
La leche materna en sí es preparada por el cuerpo de la madre especialmente para ese hijo(a), es decir tiene los anticuerpos que necesita, el valor nutricional y todo lo que ese cuerpo de bebé requiere para nutrirse también en lo corporal, permitiendo un crecimiento adecuado y bienestar en el recién nacido.
Es fundamental que comprendamos el beneficio de la lactancia materna. Las madres no necesitamos mucha explicación, se genera de manera espontanea, como si el niño y la madre supieran exactamente lo que deben hacer: el instinto hace que un niño que está sobre su madre inmediatamente busque el pecho y el cuerpo de la madre esté preparado para eso. Son los factores externos, las exigencias y terceros lo que a veces entorpece el vinculo y genera que existan ciertas dificultades. De la misma manera nuestros propios miedos podrían interferir, pero es importante comprender que lo tenemos todo de mamíferas y es probable que todo se de en armonía.
Miremos la lactancia materna como un factor protector, brindemos facilidad a las madres que se encuentran en este periodo juntas su hijo, cuestionemos menos y generemos más redes de apoyo para ellas. Fomentar y acompañar los procesos de lactancia. Para eso estamos.
Varinia Signorelli C.