Para mi primer post en este bonito espacio, hemos decidido hablar acerca del acompañamiento en el juego infantil.
Antes de nada, me siento en la necesidad de preguntarte, ¿cuál es tu papel ante el juego de tus peques? ¿Eres de dirigir, proponer, observar, abandonar o provocar? O quizás… ¿un poco de todo? Y también me nace otra pregunta, ¿comunicas cómo estás en cada momento de juego?
Lo primero de todo a la hora de responder o incluso de cuestionarnos cualquier asunto en nuestra mater-paternidad o acompañamiento en general, es pararnos a reflexionar. La infancia nos conecta a menudo con esa niña que aún somos. Tomarnos un tiempo para reflexionar, suele ayudar a “todo lo demás”. Para mí, poner consciencia es fundamental. Fundamental para evitar la culpa y sobre todo para poder ser la mejor versión de mí misma. No solo con mis hijos, sino también conmigo misma y con el mundo que me rodea.
Hoy no quiero ser muy extensa, porque sé que tendremos tiempo para reflexionar acerca del juego infantil y nuestro papel como acompañantes. Creo que es vital reconocer el importante valor que tiene el juego para el desarrollo de las personas.
Es en la primera infancia cuando nos definimos; y es en el juego cuando los niños descubren no sólo el mundo que les rodea, sino también su propio mundo interior. Así que bendito juego y qué alegría me hace que cada vez se hable más del juego y sus múltiples virtudes.
Espero que en este camino nos encontremos a menudo y descubramos nuevos recursos para ofrecer a los peques de la casa.
¿Cómo acompañar a los niños jugando?
Así que, después de preguntarte cuál es tu papel ante el juego infantil, quiero hablarte de 8 tips que me ayudan a la hora de acompañar dicho juego infantil.
- Parar a reflexionar. Una vez nos hemos conectado con nuestra visión acerca del juego, llega el momento de acompañar ese juego. Lo primero de todo es observarme, cuestionarme cómo soy ante el juego. Cómo actúo y cómo quiero actuar. Y sobre todo cómo me siento aquí y ahora. Porque lo más importante es aceptar que no estoy siempre de la misma manera ante la infancia.
- Sinceridad. Siempre que reine el respeto, a la hora de acompañar, todo es válido, si lo hacemos desde la sinceridad. Porque ni jugar como niños es fácil ni acompañar el juego observando si tenemos obligaciones de adultas, tampoco. El juego tiene una magia innata que a menudo nos cuesta acompañarla. Tenemos demasiadas obligaciones como para jugar como hacen los niños. Y si somos sinceros con ellos y expresamos cómo estamos o cómo vamos a acompañar, brindamos el ejemplo de cultivar la honestidad, algo que muchas personas buscamos cuando somos ejemplo adulto.
- Aceptar que a menudo, ni puedo ni sé acompañar como quiero. Y que es perfecto tal y como es. Y no pasa solo por aceptarte como acompañante; sino que también es importante aceptar que la infancia puede jugar a juegos que no nos convencen, que nos cuestan o que incluso nos generan confusión. Porque cuando uno acepta, algo se mueve. Y aunque haya juegos que nos resultan difíciles de acompañar, seguro que siendo sinceras, podemos encontrar un bonito diálogo con los peques.
- Conocerte en tu papel como acompañante. ¿Cómo estás más cómoda acompañando el juego? Observas, propones juegos, estás presente, no estás… ¿Te reconoces también como diferente acompañante según cómo estés de ánimo, y a veces, con quién? Veo también muy importante aceptar que no somos la misma persona siempre.
- Reconocer las consecuencias de la manera de acompañar el juego. Porque lo que se logra cuando eres más directiva, más observadora, más presente o más lejana, es muy diferente. También lo es para cada niño. Reconocer a nuestros niños y saber cómo puede afectarles nuestro acompañamiento, facilita mucho tu papel de acompañante.
- Escucha activa. Escuchar de verdad a los niños, sin juzgar, tomando como truco simplemente repetir lo que nos dicen, nos da una perspectiva nueva ante sus experiencias, aceptándolas sean cuales sean. Reconozco que a mí la escucha activa me cambió la vida. He estado asistiendo durante 2 años a un taller quincenal en grupo y me resulta maravillosa como herramienta para acompañar la infancia y su juego. Poder practicar la escucha activa cuando juego directamente con los niños, me ha regalado muchas situaciones cargadas de diversión y aprendizaje.
- Permitir que el juego suceda. Ofrecer espacios preparados, reconocer el valor del juego libre y regalar momentos de juego, es una de nuestras responsabilidades como adultas para poder acompañar el juego de la manera más auténtica posible. Durante mucho tiempo el juego no se ha visto como algo tan importante, y es maravilloso que cada vez más se valore su responsabilidad (y la nuestra también).
- Mínima intervención. ¿Cuánto intervienes en el juego infantil? Pienso que habitualmente, la intervención adulta no hace sino frenar la magia innata de la infancia y su capacidad de jugar en todo momento. Mi experiencia me demuestra que fluir con lo que los niños nos proponen, interviniendo lo mínimo posible, permite que el juego llegue a lugares donde las adultas no llegamos.
- Ironías, sustos, bromas… La capacidad de la infancia de creerse todo lo que le cuentas, es inmensa. Y tener también en el radar que el primer septenio puede ser determinante, nos lleva a menudo a evitar sustos innecesarios, las ironías y algunas bromas que ellos no comprenden. Por el contrario, una vez pasan el primer septenio, todo esto cobra especial importancia en el tipo de juego. Así que a cultivar la paciencia y disfrutar de cada etapa ofreciéndonos lo mejor para todos.
- Confiar en el juego. Si el ser humano aprende gracias a la emoción; y el juego infantil es pura emoción, no nos queda más que confiar en él. Permitirle ser el juego que es y darle ese peso que se merece. Porque el juego hace posible lo imposible y creo firmemente que su despertar va muy unido al despertar que está viviendo la educación y la visión que la sociedad tiene de la infancia. Aunque aún nos queda mucho camino por recorrer, estoy segura de que juntas podemos devolverle al juego el valor que de verdad tiene.
- Disfrutar. Observes, juegues y estés o no presente, disfrutar del juego es nuestra obligación como acompañantes. Porque no hay ninguna actividad más sagrada que el juego. No hay nada más valioso para todos que el juego; y gracias al juego, nuestra vida puede cambiar. Soy de las que opina que si jugáramos más, el mundo sería un lugar mejor.
- Agradecer. Como dice el refranero popular, “es de bien nacido, ser agradecido”. Y por esto no podemos olvidar lo importante que es agradecer a nuestros niños todo lo que hacen cuando juegan, cuando ríen, cuando comen y hasta cuando se enfadan o lloran. Porque ahí nos ponen a nosotras en un lugar de crecimiento que nos remueve a menudo por ser mejores personas.
- Jugar. Por último, quiero recordarte lo importante que es que tú también juegues. Y no solo con los niños; y tampoco solo en la cama. Es saludable para tus niños, verte reir, bromear entre adultos, disfrutar de conversaciones, experiencias y juegos. Porque somos el mejor ejemplo para que logren disfrutar del juego libremente.
Taller de juego consciente
De esto y mucho más hablaremos en los diversos talleres que impartiré por Chile a partir del 27 de octubre. Justo ese fin de semana comienzo con un taller de juego consciente, donde compartiremos recursos, cuentos, masaje, juegos cooperativos, espacios y un montón de conversaciones acerca del juego y nuestro papel.
Espero que te animes a conocerme. Solo hay 15 cupos y sé que lo disfrutarás. Aquí toda la información y puedes conocerme un poquito más en mi web www.cristinasaraldi.com.
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Cristina Saraldi.
Directora General Froggies.es
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